¿Por qué una Comisión de la Mujer?

Asociación Costarricense de Cardiología

Gabriela Castillo | Hospital Max Peralta | 25 de octubre de 20


Siempre creí que el Feminismo había sido una lucha que se dio en el siglo pasado y permitió votar  y acceder laboralmente en competencias y mercados donde nunca se había entrado, entender que había condiciones de desigualdad, maltrato e injusticia en el actuar social que se podía romper con la educación, con el cambio de leyes y con la concientización.

Sin embargo, desde hace dos años que se inició la Comisión de la Salud Cardiovascular de la Mujer me di cuenta de que esta desigualdad señalada por el Feminismo traspasaba las fronteras sociales y nos alcanzaba y tocaba directamente en el ámbito médico donde creíamos que la Salud era igual para todos.

Todavía, existen condiciones catastróficas que pareciera no ser lo suficientemente comprendidas, expuestas o difundidas para que se tomen medidas al respecto:

  • La mayoría de los medicamentos que actualmente defendemos, utilizamos y apoyamos están principalmente estudiados en hombres y que los pocos análisis en mujeres no arrojan los mismos resultados.
  • El infarto cardiaco en la mujer tiene una mortalidad más alta que en el hombre por el simple hecho de estar subdiagnosticado, subtratada y subatendida.
  • La mujer no solo se enferma por fumar, subir de peso o mantenerse sedentaria, sino que la vida diaria hace que asuma la responsabilidad de cuidar la salud de su familia sobre la propia.
  • El embarazo es un estresor lo suficientemente fuerte para hacer manifiesto la fragilidad cardiovascular de un grupo importante de mujeres; sin embargo, pareciera no ser un momento oportuno para cuidarse, comparado a la responsabilidad que conlleva acompañar el crecimiento de su nuevo hijo.

Pareciera que todavía existe un grupo de personas que considera que exponer las diferencias y desigualdades de género corresponde a rezagos antiguos de generaciones obsoletas, mujeres histéricas que buscan protagonismos irracionales o incapacidad de pasar la página; sin embargo, cada vez que se atiende una mujer con un infarto me doy cuenta que esas molestias que asociaron como señales de fatiga y ansiedad no eran otra cosa que una oportunidad desaprovechada para hacer un diagnóstico temprano de enfermedad cardiaca, que perdimos 20 años desde que saliera hipertensa de su último embarazo en ser lo suficientemente agresivos, acuciosos y reactivos para identificar su riesgo correctamente.

Por lo tanto, estoy convencida que en un inicio lo que consideraba histórico dentro de los logros feministas son en realidad mujeres y hombres lo suficientemente claros y valientes para no dejarse adormecer por la inercia de su tiempo y su sociedad, de no verse amedrentados en levantar la voz cuando son testigos de la injusticia, la inequidad o el prejuicio.

Desde la Comisión de la Mujer de la Asociación se trabaja para identificar barreras sociales, culturales o personales que nos permitan una atención en igualdad de condiciones, se trabaja para fortalecer el acceso a la información para concientizar a la población sobre la enfermedad responsable de la mayor cantidad de muertes de mujeres en Costa Rica y el mundo.

 

 

 

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