Melissa Rodríguez Israel | Especialista en Cardiología
Subespecialista en Insuficiencia Cardiaca-Universitat de Barcelona
Fellow del Programa de Insuficiencia Cardiaca Avanzada-Hospital Universitario Bellvitge, Barcelona
Hospital San Vicente Paúl, Heredia, Costa Rica
La insuficiencia cardiaca tiene una alta morbimortalidad y gran prevalencia en nuestra población. El aumento en la sobrevida de muchas enfermedades, ya sean cardiacas o de otras causas, provocan una mayor incidencia de esta patología.
Una vez establecida la insuficiencia cardiaca no hay un tratamiento que produzca cura, lo que disponemos hasta hoy son tratamientos estabilizadores o sintomáticos. Luego, hay tratamientos más complejos como asistencias ventriculares y por último trasplante cardiaco, los cuales son opciones muy limitadas en nuestro entorno.
Existe un grupo de pacientes, quienes son resistentes al tratamiento convencional o no han respondido adecuadamente, esto provoca disminución de la capacidad funcional y progresión rápida de la enfermedad, a pesar de tener tratamiento óptimo y con dosis máximas.
La búsqueda de nuevas opciones terapéuticas y de manejo de la insuficiencia cardiaca crónica (ICC) sigue estando muy activa en la investigación actualmente.
Con respecto a la insuficiencia cardiaca crónica avanzada, se ha propuesto un tipo de fármaco que es inotrópico positivo y sensibilizador del calcio, llamado Levosimendán. Su mecanismo de acción a nivel cardiovascular es la mejoría de la contractibilidad miocárdica por la sensibilización del calcio a la troponina C, lo cual produce vasodilatación arterial y venosa por activación de canales de potasio, que a su vez son sensibles al adenosintrifosfato (ATP) de la fibra muscular lisa.
Este doble mecanismo provoca aumento del gasto cardiaco (GC) y además disminución de la presión capilar pulmonar, resistencias vasculares pulmonares y resistencias sistémicas. También, se le atribuye un efecto antiarrítmico y ciertas propiedades para revertir el aturdimiento miocárdico. Su efecto es sostenido, esto quiere decir, que puede durar más de una semana, luego de una administración intravenosa.
El uso de levosimendán intermitente ha adquirido interés en el tratamiento de la ICC, con estudios de más de 200 pacientes (LAICA, LevoRep) y uno de los estudios que avala su uso es el LION-HEART. El cual es un estudio multicéntrico, randomizado, doble ciego, controlado por placebo, el cual evaluó la eficacia y seguridad de la administración de dosis intermitentes del levosimendán en pacientes ambulatorios con IC avanzada (12 semanas, 6 ciclos de cada 6 h de infusión), esto demostró una disminución significativa de NT-proBNP, lo cual conlleva una reducción significativa en las hospitalizaciones.
El perfil de paciente es el que a pesar de tratamiento farmacológico óptimo y con dosis máximas persista con síntomas de IC, que tengan disfunción ventricular con fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) < 35 %, y que haya presentado eventos clínicos (hospitalizaciones recurrentes >= a 2 en el último año).
El esquema de tratamiento de levosimendán ambulatoria intermitente, se darán infusiones o bolus cortos de 6 h (sin bolus inicial) a razón de 0.2 ug/kg/min cada 15 días y este podrá extenderse desde 3, 6, o 12 meses según criterio médico y evolución del paciente.
Para poder brindar este esquema es necesario contar con un hospital de día o ambulatorio que permita al paciente estar durante esas 6 h, con toma de signos vitales de acuerdo con el criterio médico, además de toma de muestra sanguínea para análisis de función renal, electrolitos y control de NT-ProBNP.
Dentro de las contraindicaciones están la hipotensión arterial dada por TAS <90 mmHg, historia previa de mala tolerancia al fármaco y diagnóstico de obstrucción de tracto de salida del ventrículo izquierdo (TSVI) o valvulopatías con compromiso hemodinámico.
Dado que las opciones terapéuticas que existen actualmente son limitadas en el campo de la IC crónica avanzada, este medicamento es una alternativa esperanzadora para pacientes refractarios.